No es accidental la intrínseca relación entre la tensión utópica y vital. entre lo que se desea y lo que se vive, y debajo como un dolor imperceptible: los centros de poder, la publicidad que suaviza, que oculta dicha tensión y ciegos como manada aplaudimos su doble posicionamiento, cercana y a su vez mentirosa con su diálogo constante a los habitantes de esa “ventana global”. Se propaga el virus, las ideas, las doctrinas y opiniones, vivimos en una relación de inspiración y técnicas que nos venden el interés por una noticia, la evaluación y ensayo de la misma y luego un proceso de adopción de un enemigo común
Entonces se me acaba el pan para la salsa bolognesa y puedo al fin retirarme de la mesa que adorna las 42’ pulgadas de Marcelo Tinelli.
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